La economía azul es, según la Comisión Europea, aquella que reconoce la importancia de los mares y océanos como motores económicos por su gran potencial para la innovación y el crecimiento. La economía azul es una estrategia a largo plazo de apoyo al crecimiento sostenible en los sectores marinos y marítimos.

Características de la economía azul

La economía azul está íntimamente vinculada con la economía verde o ecológica, la cual está centrada en un desarrollo económico que favorezca la sostenibilidad. Sin embargo la economía azul pone la lupa en la actividad económica del sector marítimo y en el uso del mar y sus recursos. A medida que la sostenibilidad se ha ido integrando en los planes de desarrollo del modelo económico, esta se ha ido diferenciando y especificando su aproximación al territorio para mejorar su comprensión y optimizar las medidas de gestión.

Tras esa progresión y siguiendo los principios originales de la economía de colores, hoy la economía azul se distingue de la economía verde no solo por el origen de los recursos, sino también por su ciclo de vida.

Mientras que el objetivo de la economía verde es preservar el medio ambiente en general, para lo cual las empresas deben invertir lo necesario para obtener lo que necesitan minimizando su huella ecológica, la economía azul busca emular el funcionamiento de la naturaleza, convirtiendo los residuos generados en la materia prima de un nuevo recurso. En concreto, lo imita a la hora de producir bienes y servicios relacionados con el mar y el océano gestionando de forma adecuada lo que extraemos, su regeneración y los residuos que se generan. Y no solo respeta los recursos naturales, sino también la cultura y la tradición.